domingo, 7 de agosto de 2011

Un Pulp en Argentina: Rojinegro (1)

La revista Rojinegro es -con casi absoluta certeza- la publicación en nuestra lengua y en formato pulp más popular, más longeva y con la mayor distribución en los países latinoamericanos.    Es también una revista muy poco estudiada, a pesar de lo señalado.  Hace unos quince años atrás junté una pequeña colección de estos ejemplares, que –al menos en ese tiempo- no eran difíciles de encontrar en los sitios apropiados.  Basándonos esa importante muestra, y las posibilidades de consulta que hoy Internet nos ofrece, trataremos de dar una visión de ella, incluyendo por cierto la parte gráfica, en sucesivas entradas aquí.




La editorial que presentada esta revista era la Editorial Bell, con oficinas centrales en Buenos Aires.  Dado que la publicación era mensual, entendemos que el primer número se editó a mediados de 1936, y al menos se editó hasta 1959 pasando los 280 ejemplares.  Al igual que sus contrapartes norteamericanas, de donde era su inspiración, incluyó cuentos (cortos y largos), novelas cortas y novelas largas seriadas en números consecutivos.  Publicó de todos los géneros: policial, histórico, ciencia-ficción, fantasía, western, etc.  Al revisar a sus autores se encuentra una cantidad inmensa de autores anglosajones, mismos que aparecen una y otra vez en las distintas publicaciones pulps editadas en EEUU.   Sin embargo no se limitó a esto e incluyó trabajos de autores locales.  En sus primeros números se menciona a Luis Aires como su Director, cosa que no encontramos en los ejemplares posteriores al  año 1945 consultados.


Al revés de los otros intentos que conocemos en nuestra lengua, se esforzó exitosamente por integrar a sus lectores a la revista. Para lograrlo usó variados trucos.  Dio vida en distintas etapas, a una sección de filatelia (Filatelia, y Poste Restante Filatélica), un hobby muy popular en ese entonces; secciones de ajedrez (Ajedrez a cargo de Chessman…); otra con aportes creativos de los lectores (Los Espontáneos, y posteriormente Intermedio Lirico); otra de cartas pero orientadas al intercambio epistolar entre los lectores (Poste Restante). Incluso un tiempo publicaba una especie de concurso con un dilema a resolver (¡Investigue Ud.! por Blanch Rúa).  Y  así siempre supo imprimir una orientación social a la publicación, lo que la transformaba en un atractivo extra e interesante para los jóvenes.

La edición era bastante cuidada.  Interesante ilustración de portada a todo color, más ilustraciones acompañando las historias.  Bordes siempre cortados, texto a doble columna sin espacios vacíos en las páginas. Publicidad en múltiples partes.

Ya mencionamos el aporte de autores  locales en sus páginas.  Al respecto resulta curioso que se haya atrevido con obras de teatro, algo muy inusual.  Conocemos una sección que se llamó Teatro Rojinegro y que publicó al menos dos trabajos bajo la pluma de Luis Castello.

Leyendo las notas en la sección Poste Restante es donde uno puede admirar la tremenda distribución que tuvo esta revista.  No solo hay notas de prácticamente todos los países, sino que además de ciudades de todos los tamaños, no solo las más grandes.

1 comentario:

Moises Hasson dijo...

Fue un gusto. Atte., Moises