domingo, 8 de septiembre de 2013

1987 El año del Renacimiento Público del Comic en Chile

Tímidamente el año 1983 y 1984, unas pequeñas  publicaciones, buscan colarse en los stands de librerías.  Estas librerías, además buscan una rendija donde disponibilizar el comic –fundamentalmente de Europa- que ha estado ausente  en Chile desde el comienzo de la dictadura. Sus nombres desafiantes o crípticos: Ariete, Tito & Retiro, Sudacas, Matucana, Gnomon, Beso Negro. . . Publicaciones que más se acercan al concepto de fanzine que de revista, comienzan a mostrar que hay dibujantes nuevos en Chile y que quieren expresarse.

Algo comienza a gestarse, y en los últimos estertores del entonces llamado “apagón cultural”, la luz de la cultura busca rendijas y aberturas. Muy pronto otros proyectos con más capacidad, recursos salen al público, pero ahora a kioscos lo que les da mucho más exposición, pero por eso mismo quedan más expuestos la mirada pública y de allí a un paso de la censura.

Es 1987 y  todo parece apuntar a que el renacimiento viene de la mano de revistas como Acido, Bandido y Trauko.  Y es el mismo año en donde, el mismo movimiento que se gestó tímidamente, pudo obtener  visibilidad, lo que le permitió salir en diversas notas en revistas y diarios, casi por vez primera en más de una década.  Fue el momento en que las palabras Bande Desienee y Comics comienzan a moverse alrededor del ya conocido -y reconocido- Historieta.

Veamos a continuación algunas notas que se publicaron y en donde:

A)     La Inmortalidad del Comic” por Santiago Elordi en Revista Mundo Diners Club No. 61, Diciembre de 1987, revista que el emisor de la tarjeta de crédito indicada editaba mensualmente para distribuir a sus tarjetahabientes.


Extracto:
 “Hoy en Chile casi no hay cómic propio.  Salvo las siete vidas de Condorito, una de las revistas que más vende aún, el retorno de Themo Lobos con su revista Cucalón, aparecida recientemente, y los destellos satíricos de Hervi, Palomo, descendientes de esas efímeras La Chiva, La Firme, no hay una tradición viva.
Ha surgido, en el último tiempo, especialmente a partir del año 83, una corriente underground, de revistas de limitada circulación (De nada sirve, Sudacas, Matucana, El Beso Negro y otras de onomatopéyico nombre) en las que se ha intentado fundar un cómic de la ciudad y de los jóvenes de hoy.”       página  51

B)   En el desaparecido periódico La Epoca, ligado a la oposición a la dictadura, y que cerrara sus puertas en el primer gobierno de la Concertación.  En su suplemento dominical de fecha 21 de Junio de 1987 vemos la siguiente nota titulada “La invasión de los monitos para grandes” firmada por Esteban Cabezas.

 

Extracto:

“Sin embargo están a punto de salir de sus escondites subterráneos o llegar desde el extranjero para apoderarse del gusto de los adultos.  Son historietas, comics o monitos para mayores.”  Página 3


C)      En la revista de larga data Ercilla, misma que nacida en 1933 logró sobrevivir hasta 1991, y renacida en 1994 –no sabemos cómo- logra mantenerse aún saliendo a kioscos vemos la siguiente nota de Enero de 1987 en una nota firmada por María Eugenia Mezas titulada “Splash! Bang! Bum! Ahhhg!

 


Extracto:

           “Aunque por ahora pareciera estar en la producción marginal –explica Karto-, me interesa profundamente lo masivo. Me encantaría profundamente vivir de mis historietas.”

D)     Dentro del periódico El Mercurio de Santiago, en su suplemento Wiken del día en una nota de una página titulada “Con Fuerza Renace el Comic en Chile” firmada por Rosario Larrain.




Extracto:
 “Actualmente en nuestro país solamente subsisten dos personajes de caricaturas desde hace muchos años: Condorito y Pepe Antartico. Y fuera de algunas excepciones –como las revistas Dos Puntos y Cucalon-, el resto de las historietas que circulan en nuestro país lo hacen de manera underground, sin permiso oficial y con distribución clandestina.  Entre otras aparecen con cierta periodicidad ¿Qué hacemos, La castaña, Tiro & Retiro, Ariete, Sudacas + Turbio, De Nada Sirve, La Joda, Matucana, Enola Gay, Beso Negro, Gnomon, Ho si guagaua!!”.



E)      En otra revista de tarjeta,  Master, con su publicación  Master Club, de ese mismo año encontramos el siguiente artículo “La Historieta. Arte de Monitos” firmado por Pedro José Labra.


Extracto:
 “En plena crisis del género en EE.UU. en los años ’50, fue la época de gloria de la historieta en Chile. La revista “Okay” (sic) y el suplemento “Mampato” marcaron una época. Entonces empezó el imperio de “Condorito”, el personaje chileno de más larga continuidad y mayor difusión; sus álbumes se agotan en varios países sudamericanos y hasta en Miami.  Junto a la Argentina o México, nos convertimos en un importante centro editorial de ‘comics’ americanos en revista.” P.72



En resumen se puede ver un esfuerzo por comprender un fenómeno que muchos creían extinguido, y aunque puedan las notas estar muchas veces llenas de lugares comunes o errores, es de destacar que se abrieran las puertas, que abrieron algunas mentes y esto pudo –finalmente- levantar un arte que no se veía en mucho tiempo.

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