Tímidamente el año 1983 y 1984, unas pequeñas publicaciones, buscan colarse en los stands de
librerías. Estas librerías, además
buscan una rendija donde disponibilizar el comic –fundamentalmente de Europa-
que ha estado ausente en Chile desde el
comienzo de la dictadura. Sus nombres desafiantes o crípticos: Ariete,
Tito & Retiro, Sudacas, Matucana, Gnomon, Beso Negro. . . Publicaciones que más
se acercan al concepto de fanzine que
de revista, comienzan a mostrar que hay dibujantes nuevos en Chile y que
quieren expresarse.
Algo comienza a gestarse, y en los últimos estertores del entonces llamado
“apagón cultural”, la luz de la
cultura busca rendijas y aberturas. Muy pronto otros proyectos con más
capacidad, recursos salen al público, pero ahora a kioscos lo que les da mucho
más exposición, pero por eso mismo quedan más expuestos la mirada pública y de
allí a un paso de la censura.
Es 1987 y todo parece apuntar a que
el renacimiento viene de la mano de revistas como Acido, Bandido y Trauko.
Y es el mismo año en donde, el mismo movimiento que se gestó tímidamente,
pudo obtener visibilidad, lo que le
permitió salir en diversas notas en revistas y diarios, casi por vez primera en
más de una década. Fue el momento en que
las palabras Bande Desienee y Comics comienzan a moverse alrededor del
ya conocido -y reconocido- Historieta.
Veamos a continuación algunas notas que se publicaron y en donde:
A)
“La
Inmortalidad del Comic” por Santiago Elordi en Revista Mundo
Diners Club No. 61, Diciembre de 1987, revista que el emisor de la
tarjeta de crédito indicada editaba mensualmente para distribuir a sus
tarjetahabientes.
Extracto:
“Hoy
en Chile casi no hay cómic propio. Salvo
las siete vidas de Condorito, una de
las revistas que más vende aún, el retorno de Themo Lobos con su revista Cucalón, aparecida recientemente, y los
destellos satíricos de Hervi, Palomo, descendientes de esas efímeras La Chiva, La Firme, no hay una tradición
viva.
Ha surgido, en el último tiempo, especialmente a partir del
año 83, una corriente underground, de revistas de limitada circulación (De nada sirve, Sudacas, Matucana, El Beso Negro
y otras de onomatopéyico nombre) en las que se ha intentado fundar un cómic de
la ciudad y de los jóvenes de hoy.” página 51
B) En el
desaparecido periódico La Epoca, ligado a la oposición a la
dictadura, y que cerrara sus puertas en el primer gobierno de la Concertación. En su suplemento dominical de fecha 21 de
Junio de 1987 vemos la siguiente nota titulada “La invasión de los monitos para grandes” firmada por
Esteban Cabezas.
Extracto:
“Sin
embargo están a punto de salir de sus escondites subterráneos o llegar desde el
extranjero para apoderarse del gusto de los adultos. Son historietas, comics o monitos para
mayores.” Página 3
C)
En la
revista de larga data Ercilla, misma que nacida en 1933
logró sobrevivir hasta 1991, y renacida en 1994 –no sabemos cómo- logra
mantenerse aún saliendo a kioscos vemos la siguiente nota de Enero de 1987 en
una nota firmada por María Eugenia Mezas titulada “Splash! Bang! Bum! Ahhhg!”
Extracto:
“Aunque por ahora pareciera estar en la producción
marginal –explica Karto-, me interesa profundamente lo masivo. Me encantaría
profundamente vivir de mis historietas.”
D)
Dentro
del periódico El Mercurio de Santiago, en su suplemento Wiken del día en una nota
de una página titulada “Con Fuerza Renace
el Comic en Chile” firmada por Rosario Larrain.
Extracto:
“Actualmente en nuestro país solamente
subsisten dos personajes de caricaturas desde hace muchos años: Condorito y Pepe Antartico. Y fuera de algunas excepciones –como las revistas Dos Puntos y Cucalon-, el resto de las historietas que circulan en nuestro país
lo hacen de manera underground, sin permiso oficial y con distribución
clandestina. Entre otras aparecen con
cierta periodicidad ¿Qué hacemos, La
castaña, Tiro & Retiro, Ariete, Sudacas + Turbio, De Nada Sirve, La Joda,
Matucana, Enola Gay, Beso Negro, Gnomon, Ho si guagaua!!”.
E)
En
otra revista de tarjeta, Master, con su
publicación Master Club, de ese mismo
año encontramos el siguiente artículo “La Historieta. Arte de Monitos” firmado
por Pedro José Labra.
Extracto:
“En plena crisis del género en EE.UU. en los
años ’50, fue la época de gloria de la historieta en Chile. La revista “Okay”
(sic) y el suplemento “Mampato” marcaron una época. Entonces
empezó el imperio de “Condorito”, el personaje chileno de
más larga continuidad y mayor difusión; sus álbumes se agotan en varios países
sudamericanos y hasta en Miami. Junto a
la Argentina o México, nos convertimos en un importante centro editorial de
‘comics’ americanos en revista.” P.72
En resumen se puede ver un esfuerzo por comprender un fenómeno que muchos
creían extinguido, y aunque puedan las notas estar muchas veces llenas de
lugares comunes o errores, es de destacar que se abrieran las puertas, que
abrieron algunas mentes y esto pudo –finalmente- levantar un arte que no se
veía en mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario