jueves, 23 de mayo de 2013

Revista DON FAUSTO - Pioneros de la CF nacional


La revista Don Fausto tuvo dos fases claramente distintas.  Daremos hoy un vistazo a la primera de ellas. Es el 27 de Agosto de 1924 y la revista Don Fausto sale semanalmente al público con un tamaño de revista estándar (18 x 25 cm), a cuatro colores, y con mucha historieta en formato de cuadros con textos de apoyo en cada uno (el cincuenta por ciento del contenido). Esta pionera publicación se sustentó en la popularidad del personaje que se publicaba con singular éxito en el diario El Mercurio  desde 1922, y así en todo el mundo (domo lo testimonia el haber sido el primer trabajo de historieta “sindicalizado” desde USA a todos los rincones del mundo).

También se incluían historias ilustradas, y en algunos números fotos de sus lectores, de manera muy similar a lo que hacía El Peneca en ese entonces.  Son distintas, por cierto, la edad de los retratados, pero llama la atención la similitud de la idea. Inicialmente es el personaje que da nombre a la revista quién asume la portada,  durante la primera decena de ejemplares, para luego pasar a otros personajes, desapareciendo por completo Don Fausto y sus amigos en la revista en el ejemplar 19. Esta historia corresponde a la historieta anglosajona “Bring Up Father” y es sobre un inmigrante que se hace súbitamente millonario ganando la lotería, pero que no puede ni desea abandonar a sus amigos y sus costumbres, mientras su esposa, Crisanta en la versión chilena, solo desea mostrarse como nueva rica.

  

En su interior la revista incluye una serie de otras obras de historieta de una o dos páginas, prácticamente todos ellos trabajos extranjeros.   Destacan por sobre todo los trabajos dedicados a los –entonces- populares personajes del cine mudo norteamericano como “Harold Lloyd” o “Gale Henry de la ‘Mack Sennett’” (conocida productora en esos años con destacados y famosos personajes cómicos del cine mudo).
  Es con el ejemplar 29 cambia de formato y contenido. Se transforma en una revista dedicada a las novelas y cuentos publicados como folletines ilustrados de todos los géneros, con inclusión muy esporádica de historietas.  El tamaño cambia creciendo hasta alcanzar el que tendría la mayor parte de su existencia, de 21 por 28 cm.  y con portada e interiores a dos colores.  Como se señala en las mismas páginas, esto se hace “siguiendo la tendencia de las más progresistas revistas infantiles modernas”.

En lo que nos interesa principalmente en este Blog,  el gran evento se produce con el número 14, en donde las páginas centrales se dedican al primer trabajo de ciencia ficción en Chile.  Nos referimos al Viaje de la Tierra a Marte.  A contar de este número, y hasta el fin de la primera etapa, vemos las desfachatadas historias del sabio profesor Plum y el fiero capitán Flan.



Supo imponerles el autor a sus personajes la gracia de dos personajes chilenos, pero que por sí solos no fueron suficientes para sostener la obra muchos capítulos. Así puede señalarse en los quince capítulos, tres etapas muy claras. Primero el viaje mismo desde Santiago hasta Marte; luego y ya en Marte conociendo las diversas especies marcianas; y finalmente en un viaje por los canales -llenos de agua- de Marte con el ingreso de dos nuevos protagonistas Chanchulin y Mameluco. Este ingreso de Chanchulin y Mameluco (nuestros Hans y Fritz de los KatzenjammerKids) le permitió al autor generar más fácilmente una historia auto conclusiva, -más allá de ser una serie continuada- terminando cada semana con algún fin de capítulo que además enganchara para motivarlo a leer la continuación.

Esta obra es fruto del trabajo del dibujante Andrés Magré Furet, quien luego de este trabajo se marchó a Buenos Aires donde colaboró con varias publicaciones (incluyendo Billiken), volviendo a Chile a fines de la década del 30 y  para asumir en una compañía de distribución de películas de USA. Terminada la guerra Magré sale del país, para trabajar en distintas empresas relacionados con los medios en USA y Canada.

martes, 14 de mayo de 2013

Una obra, dos artistas. Core y Camino


Mario Silva Ossa –más conocido como Core- fue el dibujante que marcó una época en la ilustración infantil chilena desde las páginas de la revista El Peneca hasta el año 1950.  Pero sus trabajos no solo se publicaron allí, sino también en variadas colecciones de libros de la editorial Zig-Zag –y por muchos años-. Así una primitiva colección de libros infantiles de esta editorial fue la denominada Ulises, que tuvo un formato de bolsillo y portadas blandas  algo mas reforzadas, y se publicó durante 1947.  Las historias se complementaron con ilustraciones.  Dos a color, al comienzo y término del libro, y en blanco y negro en su interior.


Todas las obras que conocemos poseen ilustraciones exclusivamente de Core, lo cual además nos lleva a sospechar que es posible que varias, sino todas ellas, puedan haber salido antes publicadas en forma de folletín en la revista.


Varios años después, en 1965, y con el comienzo del departamento de historietas de Zig-Zag se lanzaron una serie de revistas buscando dar con el gusto de los lectores. Una de estas revistas fue Ases de la Novela, que como su nombre lo indica, buscó entregar novelas en formato historietas.  En general se desplegaba una novela en cada ejemplar, y los dibujos eran hechos por distintos artistas.
   


En el ejemplar número xx de la serie de Ulises aparece la novela “Herné el cazador”, y en número 10 de la revista Ases de la Novela vemos una adaptación de la misma de mano de Oscar Camino, y con trabajo previo en los textos por Alvarez.
    


Desplegamos en esta entrada muestras de ambos trabajos. De Core se pueden ver sus mejores atributos en el manejo del color, mientras que de Camino sobresalen sus escenas de media página entregando así una visión de personajes y ambiente bastante más amplio que lo que puede encajar en un solo cuadro.  Tal parece que Camino hubiese querido entregar ilustraciones, o incluso cuadros, pero sabemos que no es así al compararlo con su gran trabajo en la Ciencia-Ficción, Hacia Otros Mundos, en donde también podemos apreciar su gran tarea con los grandes escenarios, esta vez espaciales y no palaciegos como en esta obra.


domingo, 5 de mayo de 2013

Evolución de los Comics de Ciencia-Ficción en Chile (I)


Parte I: desde su origen hasta 1979

Nacimiento, Evolución, Gloria y Crisis, o Un caso de desarrollo frustrado

Hay muy pocos estudios dedicados al comic producidos por chilenos, y en las enciclopedias y trabajos de investigación alrededor del mundo, no hay prácticamente ningún rastro. Tenemos que expandir nuestra búsqueda y englobar trabajos dedicados a la ilustración y al humor gráfico en Chile para tener una primera aproximación. E incluso dentro de esos pocos, hay algunos que incluso señalan a la Ciencia-Ficción (CF) como una expresión casi inexistente en la historia nacional de este arte.



Sin embargo la verdad es que el comics de CF evolucionó en Chile como era normal, en forma paralela al desarrollo mismo del género literario y de la historieta en general.  Ya en 1924 vemos sus primeras muestras, en un desarrollo que se ha mantenido hasta el día de hoy. En un principio lo que se realizó fue en general adaptaciones de obras clásicas del genero (Rosny, Conan Doyle, Wells). Y el medio preferido fueron las revistas infantiles: El Peneca, El Cabrito, Simbad, Don Fausto, por citar las más importantes. 



Algunos casos destacables por la innovación y atrevimiento en su dibujo, vieron truncados su arte ante la súbita descontinuación de la revista, atribuibles a crisis económicas, estrechez del mercado y otras alternativas laborables (especialmente en el rubro publicitario), en una situación que se repite de forma crónica. 



Pero esta primera época de evolución y experimentación, parte de parámetros europeos en el formato y estilo (cuadros fijos y textos de apoyo en cada uno). Ya avanzada la década de 1950 y acercándonos a los años 60, el moderno estilo de globos de diálogo logro expandirse y ser de uso universal.



Surgen en esos años, los primeros profesionales con trayectoria en el género, y ante la avalancha de revistas de comic provenientes de México a comienzos de los 60 (Novaro especialmente), una editorial nacional ve la oportunidad de aprovechar esta cantera de dibujantes existentes y producir nuestros propios comic-book para toda América Latina.  Es 1965 y nace el Departamento de Historietas de la editorial Zig-Zag.  Desde allí una gran cantidad de títulos, en muchos géneros comienzan a ser el resultado del trabajo de chilenos.  Y desde el comienzo la CF tiene un destacado lugar con la revista Rocket, dirigida por Themo Lobos, un grande de la historieta y con clase mundial, seguida muy pronto por otras como Capitán Júpiter, ComicNauta, Robot, etc.

Otras editoriales más pequeñas hacen también su aporte, y además se suma producción extranjera, especialmente española con los trabajos ya clásicos publicados a contar de 1969 en la revista Delta 99: la serie 5 x Infinito de Esteban Maroto y el mismo Delta 99 de Carlos Gimenez.




Toda la producción de esos años, transforma al periodo que va de 1964 a 1972 en una auténtica Edad de Oro.  El comic-book reina en gloria y majestad y los dibujantes y guionistas pueden vivir de su arte. Pero pronto la crisis económica y política se hacen presente, y la producción local disminuye fuertemente, con un golpe de estado por medio en septiembre de 1973.



Por un tiempo algunos logran mantener el arte en pie y encontramos expresiones hasta los años 1975 y un poco después, pero nuevamente la crisis económica y la persecución política detienen el esfuerzo, y los artistas deben sobrevivir con el dibujo publicitario e ilustración, mientras algunos otros se van al exilio o se asumen trabajos por encargo de editoriales extranjeras.  Esos años se ven muy pocos trabajos, y en CF casi nada, culminando la década con un anti-superhéroe, fiel reflejo de la época.  Nos referimos a SuperCifuentes quien, desde una revista de oposición a la dictadura y disfrazada de revista musical, La Bicicleta, sale a proteger a los desamparados terminando en todos los capítulos en  prisión.



En el ciclo descrito podemos apreciar el nacimiento del comic por autores nacionales, y muy pronto el destaque de quienes serán los actores más importantes del género de ciencia-ficción: Oscar Camino, Máximo Carvajal, Themo Lobos, Mario Igor. Destacadas publicaciones, hoy parte del acervo nacional de la historieta: Rocket, Ventarrón, Jungla (época bajo Gabriela Mistral), Capitán Júpiter, y reproducciones de trabajos señeros en el mundo, y que revitalizaron el género en España: 5 x Infinito y Delta 99.



También pudimos apreciar la consolidación del modelo comic-book, a través de las revistas de Zig-Zag y las de Lord Cochrane. Pero la década del setenta termina con un mercado colapsado, donde lo único que sobrevive es la reproducción de ediciones del mercado norteamericano: Spiderman, Conan, Ironman; pero ya donde la participación de la producción nacional desaparece, y lo que debió ser una continuidad del trabajo en un esquema maestro-aprendiz es truncado de raíz.



Tendremos que esperar a la nueva década para ver resurgir el trabajo en el comics, pero ya no es lo mismo, y se debe recomenzar a andar un camino que creíamos ya recorrido, en una sociedad que había cambiado y cuyas necesidades de entretención se transformaron.<>