sábado, 23 de noviembre de 2013

Víctor de la Fuente en Chile (III): Nuevos Antecedentes

Ya presentamos en una entrada anterior, parte de la historia que habíamos podido rescatar respecto a las actividades que en tema específico de las historietas, había desarrollado en Chile el dibujante español Victor de la Fuente (1927, 2010).  Luego una segunda entrada dedicada por completo a su trabajo en la dirección de la revista El Peneca. Durante el tiempo transcurrido desde entonces, hemos logrado recabar nuevos antecedentes, que nos permitirán aclarar algo más su trabajo en nuestro país.

Habíamos mencionado que su primer trabajo conocido fue en la revista El Cabrito, durante el primer semestre de 1947, en que había publicado su obra El libro de las Selvas Virgenes, una adaptación de la novela clásica del escritor Inglés Rudyard Kipling.

En otra entrada analizamos parte de la historia de la revista infantil El Cabrito, que bajo la dirección de Henriette Morvan, se enfocara en sumar trabajos realizados especialmente por chilenos, en vez de simplemente usar trabajos ya publicados en el extranjero.


Pues bien al revisar unos ejemplares que no conocíamos de El Cabrito hemos llegado al convencimiento pleno que De La Fuente comenzó mucho antes su trabajo en esta revista, y, por otro lado, que la serie de autoría de De La Fuente Pony Durango, no fue publicada en Chile como se menciona en su biografía.

En el ejemplar número 270 de El Cabrito, del 1 de Enero de 1947, comenzó a publicarse una historieta del oeste titulada “El Forastero”, misma que duró tanto solo 8 números.  En el primer capítulo –y solo en el ese ejemplar- es en donde aparece una firma de su autor: V. Fuente.  Claramente es este un trabajo del oeste, y es probable que al mismo Victor lo confundiera con el muy posterior Pony Durango que se menciona salió en las páginas de El Peneca de 1957.  Yo revisé todos los ejemplares de esa revista de los años 1956 y 1957, sin ninguna seña de Pony Durango. También en forma menos exhaustiva ejemplares de la misma revista hasta su último ejemplar en 1962.  Es probable que esté confundiendo su trabajo como director el año 1957, bajo el tímidamente renovado título de El Intrépido Peneca, con la publicación de la serie.


Ahora, si bien es este un trabajo indudablemente de De La Fuente, tenemos sospechas que hay otros trabajos del mismo dibujante en esta revista.  Es así que revisando una serie continua de ejemplares de El Cabrito encontramos cuatro series consecutivas, dos de ellas del tipo western, comenzando en Octubre de 1946 y terminando en Noviembre de 1947.  Una de ellas ya la conocíamos por estar muy claramente atribuida a Victor de la Fuente.  De las restantes tres, una indica en un sitio que es de Victor, y las otras dos no presentan autoría reconocible.  En general tienen un formato y modelo semejante.
Revisemos 

1) Desde el ejemplar 258 (del 2 de Octubre de 1946) hasta el ejemplar 270 la serie “Las Minas de Diamante” con dos páginas por número.

Las Minas de Diamantes narra las aventuras de un Conde español, empedernido soltero, quién se aventura en un viaje a Centroamérica en donde toma contacto con la princesa Xochitl, y su reino del terror, que mantiene esclavizado a su pueblo.  El Conde descubre que en realidad es el Sumo Sacerdote el responsable de todo este mal, libera a la princesa, se marcha con ella a España y termina casándose con ella.



2) Desde el ejemplar 271 del 1 de Enero de 1947 y hasta el 277 la corta serie El Forastero con dos páginas por número.  En el primer cuadro de la primera página del ejemplar 271 vemos que es de V. FUENTE.

El Forastero es una obra en el oeste, algo ingenua, sobre un joven que llega a un pueblo algo perdido donde toma contacto con una banda que aterroriza a sus habitantes y termina vengando a las víctimas, y saliendo de allí con una chica del brazo.



3) Desde el ejemplar 278 del 19 de Febrero de 1947 y hasta el 285 la serie “Tom, El Valeroso” una especie de western humorístico, también dos páginas por numero en todos excepto el último número 285 con tan solo una página (la última de hecho).

Tom, El Valeroso es un western con nativos indios entre los personajes importantes, y nuevamente nuestro protagonista se marcha en el cuadro final del brazo de la chica, en un final ya algo recurrente.



4) Y desde el ejemplar 285 hasta el húmero 315 del 5 de Noviembre de 1947 la ya conocida y mencionada serie “El Libro de las Selvas Vírgenes”, una página por número.



Pensamos que todas estas series pueden ser de autoría de Victor, primero por la clara continuidad temporal, sinónimo también de un ingreso que -de seguro- estaba necesitando el recién llegado de la Fuente.  En total son 13 meses y un par de semanas de continua labor. Lo segundo porque de estas cuatro, dos están indicadas como trabajos de Victor.

Forastero 


De las restantes dos también tendemos a creer que pueden ser de Victor de la Fuente. “Las Minas de Diamantes”, porque pueden verse claros indicios en ella del uso de ciertos giros idiomáticos que son más propios del uso en España que en Chile (y recordemos que Victor había llegado hace muy poco al país), también por el hecho que el protagonista sea un conde Español en tierras centroamericanas y con parafernalia más bien propia del viejo continente, como por ejemplo puentes levadizos operados con cadenas.  Y finalmente la cuarta historia “Tom, El Valeroso” simplemente por servir de puente y continuidad a la totalidad de los cuatro trabajos.

Exhibimos páginas de estos trabajos para muestra y juicio de los lectores, sin olvidar que todos ellos serían de un muy joven Victor, y por otro lado dejo abierta la discusión en torno a estos trabajos y su supuesto autor.

Finalmente un último antecedente que hemos podido localizar es su participación en un libro, con trabajos de ilustración interior, para la misma editorial de El Cabrito, osea Zig-Zag.  El libro es un trabajo de divulgación científica para jóvenes titulado “El Mundo Maravilloso de Pepe” de F. Ritsert y que fue publicado en 1949.  Este texto tiene portada del chileno Coré, y todas las viñetas e ilustraciones interiores son de la Fuente.  Nuevamente podemos comprobar dos cosas: que a Coré no se le daba bien el tema de trabajos no fantásticos en el sentido tradicional, porque la portada es frustrante, y yo jamás diría que es de él sino es porque la ha firmado.  Y lo segundo que Victor estaba comenzando aún su desarrollo como artista, porque las ilustraciones son bastante simples.


 


sábado, 16 de noviembre de 2013

Adduard, Cardemil, Charles Burlacov: Cien Artistas, Cien Portadas (4)

Continuando con la serie que comenzamos hace unas semanas, seguiremos ahora con otros tres artistas en portadas de libros.  Los que veremos hoy, se caracterizaron por su obra ilustrativa fundamentalmente en revistas, pero que ahora exploraremos alguna de sus apariciones en libros.

Alfredo Adduard, reconocido por su firma con el apellido o simplemente ad, era a mediados de los años 20, un estudiante de medicina que además hacia caricaturas. Pronto comienza a colaborar para la editorial Universo, en su publicación de cuentos periódicos (cuasi-revista) Mamita desde 1931, en donde además ilustró libros como el que mostramos aquí.

Luego se integró al equipo de Zig-Zag, en varias tareas, pero donde la más recordada son las casi 300 portadas -y otros dibujos- que realizó en la revista El Cabrito.  Desde el ejemplar número 68 (1943) comienza su larga serie del niño (o pareja) regordeta, que solo se detiene al cesar la revista en el número 362 (29/Sept/1948).  Durante este tiempo también se le puede ver en El Peneca, con pequeñas tiras publicitarias (“Don Bilz”), y en algunos cortos períodos también las portadas. Desde el año 1949, y durante todos los 98 ejemplares de la revista Aladino, de la editorial de la competencia de Zig-Zag, Carlos Vidts, realiza una impecable labor en las portadas. También colabora desde 1965 en la revista El Pingüino.  Ya mencionamos en una entrada relativa a los premios Nacionales de Dibujo, que Adduard fue uno de los que fuera honrado en el año 1965. La portada que incluimos aquí es de la primera época de artista de Adduard (1933), y se ve como él pudo adaptarse muy bien al estilo de moda, al igual como lo haría después en todas las publicaciones infantiles que mencionamos.



Agustín Cardemil.  Dibujante chileno que también exploró con fuerza el tema de la historieta. Fue también un gran aficionado a la CF.  Dado lo expuesto participó desde el comienzo en el notable esfuerzo de Themo Lobos con “Rocket” para luego asumir la dirección de las dos revistas que “surgieron” al cierren de esta: Robot y ComicNauta.  Firmaba como Cardemil o ACardemil.  También lo hemos podido hallar usando un seudónimo muy transparente como guionista bajo la firma Kar De Mille. A mediados de la década de los 50, realizó varias portadas para los libros que publicaba la editorial Zig-Zag, de la cual la que adjuntamos es una buena muestra para el trabajo de la escritora hindú, aunque residente en Inglaterra desde 1947, Kamala Markandaya.




Charles Burlacov  (o también como Burlakov).  Dibujante de origen extranjero que trabajó durante un tiempo para la editorial Zig-Zag, en donde realizó tanto portadas, ilustraciones interiores y también traducciones (era políglota en ruso, armenio, francés, portugués por citar algunos idiomas) a mediados de la década de los años 50. Llegó a trabajar a Agencias de Publicidad en donde, por su capacidad de trabajo, profesionalismo, inteligencia llegó a ocupar por muchos años el importante cargo de Director Creativo de una de las agencias de publicidad importantes en esos años en el país McCann-Erickson.  De él hemos escogido esta expresiva portada para el trabajo del chileno Alberto Duarte Gonzalez, ganador del concurso de novela lanzado por la editorial ese año.


jueves, 7 de noviembre de 2013

Mauricio Amster: Artista, Tipógrafo y Maestro

Mauricio Amster.  Reconocido tipógrafo y artista que llegó a Chile huyendo de las fuerzas fascistas que se apoderaron de España luego de una cruenta guerra civil, y como parte del extraordinario grupo de artistas y creadores que Pablo Neruda rescató con el barco Winnipeg, ciudadanos que España perdió pero que Chile ganó (parafraseando al sultán Ahmed II cuando el arribo a sus tierras de los expulsados judíos sefaradíes de España en el año 1492).

Llegado a Chile muy pronto Amster destacó en el rubro tipográfico en donde su buen hacer, profesionalidad y capacidad  le pronto permitieron renovar este algo lánguido arte entonces.


Fue maestro, académico universitario y su nombre está recordado además en un premio que honra el buen hacer bibliográfico: el premio Amster-Coré.  Además de su aspecto tipográfico, también era buen dibujante, y lo demostró en varias portadas que muestran un aspecto más bien minimalista, pero que luce muy bien y es apropiado al texto.


Mostramos aquí cuatro  ejemplos de su buen hacer, todas expresiones muy distintas pero todas con el virtuosismo que siempre lo caracterizó que no echó mano nada más que al talento contenido en claras líneas, y apropiados tipos de letras e ilustraciones.


Del año 1956 para el sello Nascimiento un trabajo para la novela de recuerdos de infancia del chileno Gonzalez Vera “Cuando era muchacho”.  Luego dos trabajos del mismo año (1964) para la editorial Zig-Zag, ambos trabajos de escritores europeos.  Y finalmente una muestra de su quehacer tipográfico e ilustrativo con la Colección Curiosa America, interesante trabajo de la Universidad de Chile rescatando obras de los siglos pretéritos como el exhibido aquí y que inauguró la colección.



En Internet se pueden encontrar muy interesantes aportes sobre su vida, incluyendo testimonios de quienes vivieron y trabajaron con él, y que recomendamos a los interesados en conocer más de este interesante artista.