Dentro de la gran gama de revistas de comics que la editorial
Zig-Zag publicó en los años 60, hay un par dedicada a temas muy
específicos. Una es aquella que se
enfoca en las carreras de vehículos motorizados, titulada Ruta 44. Y otra es aquella dedicada a las lectoras femeninas,
con temas dedicados únicamente al amor y que titulo –curiosamente- como Soledad.
La verdad es que como subgenéro, las revistas y comic-book dedicados a temas del amor ya existirán
en otros países, y en Chile fue muy conocida la revista publicada por la
editorial mexicana Novaro titulada Sussy. Pero hoy queremos dar un vistazo a Soledad
que comienza a ser editada en 1967 y alcanzara a editar unos treinta
ejemplares.
Partamos diciendo que –en honor a la verdad- las portadas
estaban muy bien hechas. Se nota aquí la
mano de un artista ya entrenado y conocedor de su arte. Destaca la firma de R. CORTIELLA, que
corresponde al español Rafael Cortiella.
De él sabemos que tiene estudios académicos (comienza sus estudios
artísticos en la Escuela de Artes y Oficios de la Lonja, en Barcelona,
continuándolos con posterioridad en la Escuela Superior de Arte de Bruselas), y
que luego comienza a trabajar como dibujante e ilustrador con diversas
editoriales españolas y europeas. Una de
sus especialidades son, justamente, las portadas para diversas revistas en
España dedicadas al género de literatura femenina.
Volviendo a Soledad, se puede ver al revisar sus
ejemplares, que los comics son de origen extranjero, al parecer son españoles –al
igual que las portadas-. Puede ser casualidad, pero las revistas que hemos
examinado tienen por común denominado muchas historias transcurriendo en la
ciudad de Londres.
En los primeros ejemplares vemos un concurso para incentivar
a sus lectoras. El envío de una historia
que les haya ocurrido a ellas. Si salía
escogida, entonces sería llevada al comic y exhibida en la revista. Así en el ejemplar 18 vemos uno de estos
casos. Se trata de “Así llegó el amor”
cuya trama comienza en el balneario de Pucón.
Sin embargo el artista, al parecer desconocer que Pucón es un balneario
lacustre y no de mar, se lo imagina con un faro, y gaviotas alrededor.