miércoles, 6 de agosto de 2014

Ovnis sobre Santiago

La Fotonovela es un género de revista que se expandió por el país a contar del primer lustro de la década de los años 60.  Alcanzó una gran popularidad y muchos y conocidos actores pusieron sus foto-actuaciones en ellas.  Al igual que en el cómic, el diálogo se establecía en globos que salen de las bocas de los actores, y los demás aspectos, como interjecciones u onomatopeyas, están también presentes.

El género por excelencia en esas revistas eran las historias de amor, y también hay apariciones de trabajos policiales.  Lo que si resulta muy extraño encontrar, y yo creo que casi nunca además del caso que vamos a mostrar ahora, hay una historia de ciencia-ficción narrada allí.

Las revistas de fotonovelas sucumbieron rápidamente ante el empuje de las telenovelas que con la masificación de la televisión, se hicieron tremendamente populares en casi todo horario posible.

Corría el año 1973 y una editorial casi desconocida lanza una nueva serie de fotonovelas.  Los actores no son muy conocidos, al menos para mí unos perfectos desconocidos. En su ejemplar ocho, al parecer del año 1974, vemos publicada la historia “Un Amor de Otro Mundo” en el número ocho de Ternura.


Se relata la historia de una invasión de los habitantes del planeta Solnix a nuestra querida Tierra.  Claro que a diferencia de las muchas películas norteamericanas, esta vez los ET deciden comenzar en Santiago de Chile.

Antes de invadir piden a uno de ellos que de convierta en hombre e investigue. Es Kratox.  La investigación de Kratox es bastante profunda, especialmente con Viviana la santiaguina que cae rendida a los pies, o el equivalente en Solnix.

Finalmente los compañeros de Kratox inician de todas formas la invasión, culminando la fotonovela con un gran beso, sellando así el amor “terrenal y extra-terrenal” mientras los ovnis se dedican a atacar la Moneda y pasear por sobre la Iglesia de San Francisco.

Un sorprendente ejemplo de ciencia-ficción que a veces aparece donde menos se la puede esperar.

2 comentarios:

Jenofonte dijo...

¡Qué tiempos!. Las fotonovelas, las mujeres las leían en todas partes, los hombres las leíamos disimuladamente...

Moises Hasson dijo...

Amigo Jenofonte: Aun cuando recuerdo perfectamente este tipo de revistas, mi memoria no alcanza a tanto detalle como la suya. Un abrazo.

Gracias por dejar una nota.

Moises