sábado, 21 de diciembre de 2013

Ciencia-Ficción en Chile - Lustro a Lustro: 1936-1940

INTRODUCCION

Comenzaremos una nueva serie.  Lo que haremos es revisar la temática de ciencia-ficción (y habitualmente sus parientes de Fantasía y Terror), en todas sus expresiones en el país, en bloques de cinco años cada vez.  Principalmente nos enfocaremos en el aspecto literario, tanto de producción nacional como de publicación de obras extranjeras, pero también abarcaremos el aspecto del comic o historieta, y un ítem algo extraño a nuestro país,  cuales son las acciones y encuentros de los aficionados.  No necesariamente vamos a avanzar desde la fecha más antigua hacia adelante, pero si nos ceñiremos al tenor del título de la entrada “lustro a lustro”, osea revisaremos siempre periodos de cinco años. Cubriremos al concluir la serie desde los primeros antecedentes de los siglos pasados, hasta el día de hoy en el siglo XXI buscando así, por lo demás, dar mayor lustre a un género injustamente invisible en nuestro país.


PERIODO:  1936 a 1940

Mientras parte del mundo miraba horrorizado las políticas racistas que el régimen dictatorial nazi imponía en Alemania, y otra parte del mundo la admiraba, y que con sus ambiciones de poder llevarían muy pronto a una Guerra Mundial, en Chile en Ciencia-Ficción tenemos registrado lo siguiente en ese lustro.
 

En este período se vio un auge de publicaciones semanales literarias, con características populares, pero sin llegar a transformarse en reales pulps. Por su longevidad destacan dos colecciones: Aventuras y Alerta, de distintas editoriales.  Por su nombre pareciera que una se enfocó más al género de aventura, mientras la segunda lo hacía al policial,  pero la verdad es que ambas tuvieron más semejanzas que diferencias.  También en este período se despliega una revista semanal de historietas que fue -al parecer- más un esfuerzo de la compañía King Features Syndicate, y que logró desplegar en brillantes colores  lo más conocido de los comics norteamericanos en sus tiras dominicales (o Sundays), y que alcanzará más de 900 ediciones. 


Revisemos, entonces, el detalle del período. El número 70 de Alerta (de Abril de 1936) publica como la principal novela de ese ejemplar una obra del autor español Jesus de Aragon titulada “Una extraña aventura en la Luna” muestra de la denomina proto-cienciaficción. Muy poco tiempo después (en el número 87) incluye una novela del personaje pulp Doc Savage “El Tesoro Polar” conservando la portada del original, tero a tres colores. El mismo año Aventura incluye un trabajo de H.G. Wells poco editado “Lo que vendrá”  el guion para la película “Things to Come” en el ejemplar 38 (Septiembre), el  trabajo “El árbol carnívoro” (L’arbre Charnier) de E. M. Laumann un poco antes en Aventura 31.

Ya en 1937 una de las primeras revistas de historietas de la editorial Zig Zag Campeón incluye una versión de la novela de Conan Doyle “El Abismo Maracot” titulada aquí como “En el Reino del Mar” (desde el mes de Junio) dibujada por quien firma como Gong, que dado el tenor de la revista creemos que es chileno, que no hemos podido identificar.  Es un trabajo típico de la época, con cuadros fijos y texto al pie narrando la historia.
 

Pocos meses después la editorial Ercilla lanza la revista en formato tabloide Pulgarcito que incluyó las tiras dominicales de la King Features. En ciencia-ficción destacan los personajes Flash Gordon (llamado aquí Roldan el temerario) y Brick Bradford, aun cuando otras tiras tengan incursiones en el género en determinados momentos, por ejemplo Mandrake el mago.  Por largos años los niños, jóvenes y artistas estarían expuestos a lo mejor de la pluma norteamericana, y se verían luego influidos por ellas en sus trabajos.
  
  

En 1937 hay varios exponentes de CF en las revistas literarias que mencionamos.  En Aventura 50 “La Isla caída del Cielo” de H. Magog (L’Ile tombee du ciel” (1923)), en Aventura 92 “El día te terminó el mundo” de Sax Romer ('The Day the World Ended' publicado como serial en la revista Collier, se terminó en la edición del 20 de julio de 1929), en Alerta 118 “Los monstruos del rayo” de A. Hyatt Verrill publicado originalmente en Amazing Stories (Monsters of the Ray), en Alerta 150 un gran clásico de E. R. Burroughs “Una princesa de Marte”.  Otra editorial publica el libro de Andre Maurois  “La Máquina de leer pensamientos” también en 1937.
  

Los siguientes años del lustro no tenemos muchos trabajos registrados, tal vez coincidiendo con la inminente guerra en Europa.  En Aventura 144 “Pánico” (Panik) de Reihold Eichacker, en Aventura 153 “La Muerte de la Tierra de J. H. Rosny Aine, concluyendo la década y el lustro.


Y en trabajos de chilenos del período, además de la adaptación en historieta de Gong, sabemos de un libro de cuentos publicados en 1936 por Juan Marin “El Secreto del Dr. Baloux”, que aun cuando son en su mayoría de temática realista en el sur austral, suponen un primer acercamiento a una línea más fantástica que se plasmaría años más tarde en otro libro.




Resumiendo:  un lustro interesante, tal vez destacable en la parte de la historieta por una muestra temprana (en Campeón) y por la aparición de Pulgarcito que cubrirá muchos lustros con aventuras espaciales, y también por la inclusión de textos literarios en las revistas populares, sin distinguirlas ni clasificarlas distinto de las restantes obras de ficción.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Mampato y los Comic-Books abortados en Lord Cochrane

Entre los años 1966 y 1968 la editorial Lord Cochrane activamente publicó una serie de revistas comic-book norteamericanas contemporáneas, o de un par de años antes.  Ya hemos revisado en este BLOG un par de casos, incluyendo el más cercano a la Ciencia-Ficción que es Flash Gordon.  Pues bien, dentro de esta serie la editorial anunció un total de 19 títulos, según podemos ver en una publicidad que se encontraba en las mismas revistas, pero los tres últimos no salieron finalmente. ¿Qué pasó con ellos?


  

A fines de Octubre de 1968, esta misma editorial saca la revista Mampato en publicación quincenal, y al parecer este mismo hecho la hizo suspender  el lanzamiento de los nuevos títulos, así como detener la publicación de nuevas ediciones en las ya existentes.  Sin embargo revisando los primeros 45 ejemplares de Mampato podemos encontrar en su interior muestras de las tres revistas que se habían anunciado como: Agentes Trueno, Agente Submarino y Tippy Tin.

    


Además incluyó desde el número 1 una versión narrada del clásico El Príncipe Valiente, muy ilustrada con dibujos de Hal Foster.  Recordemos que este Príncipe fue una de las revistas que habían ya salido editadas por Lord Cochrane.

Agentes Trueno corresponde a la revista “Agents of T.H.U.N.D.E.R.” (número 1 de Noviembre de 1965), mientras Agente Submarino es la revista “U.N.D.E.R.S.E.A. Agent”, y “Tippy Teen” es la misma publicación homónina.

Agentes TRUENO reúne a una serie de personajes que usan sus superpoderes al interior de una agencia de las Naciones Unidas (U.N. en Ingles lo que es parte del nombre de las revistas), los que tienen historias en solitario o en grupo, varias de ellas publicadas en Mampato, como se detalla más adelante.

 

El Agente Submarino aparece en el número 17 con la historia de su origen, y luego hay una segunda historia, al parecer su primera aventura a contar del ejemplar 21 de Mampato.  Tippy Teen tiene historias cortas repartidas desde el ejemplar uno.  De hecho tiene el “honor” de compartir la portada del primer aniversario (número 27) junto a los personajes Howard Flynn, Coretin, Maximo Chámbonez  y por supuesto Mampato, Ogú y Xse.

     

Como ya mencionamos, fueron los agentes de TRUENO los más publicados, tal vez por su variedad de superhéroes.  La lista de sus apariciones es:

-          Noman vs Vibraman (1 al 3)
-          Dynamo y la amenzada del Dragón Rojo (4 y 6)
-          El escuadrón de TRUENO  (7 y 8)
-          Dynamo vs Menthor (9 al 11)
-          Dynamo y el Amo de la Guerra (32 al 41 – al parecer dos historias juntas)
-          Menthor y Dynamo contra Dynamac (42 al 45)

  

En general la edición es respetuosa, aun cuando se puede observar una cierta intención de usarlas únicamente como relleno dado que la variación en la cantidad de páginas que pueden verse en cada ejemplar es variable, y en un caso hemos descubierto que se les “extravió” una plana.  No fue una edición destacada, es cierto, y ya pronto desaparecerían a medida que la revista estabiliza sus secciones y colaboradores luego del primer año de vida.

Podemos concluir que las tres revistas fueron anunciadas por Lord Cochrane porque se tenía la clara intención de publicarlas, y de hecho los derechos se deben haber comprado. Cuando Eduardo Armstrong se acercó a la editorial con su proyecto de revista infantil, y finalmente la editorial le da el visto bueno, aprovechó el nombre ya registrado por la casa matriz (El Mercurio, quién lo usó en un suplemento del diario a comienzos de los años 60’s), y al momento de definir el material que se deseaba incluir se debe haber visualizado la oportunidad de aprovechar también estos derechos ya comprados.  Sin embargo hubiera sido interesante ver que revista hubiéramos conocido en el caso de los Agentes.


sábado, 7 de diciembre de 2013

Revista Aventuras de Disney y Zig-Zag

Zig-Zag comenzó a publicar los populares personajes de Disney a contar del 27 de Julio de 1962 con el título de Disneylandia.  Esta revista, en el popular formato comic-book, fue el primer producto de un acuerdo que la editorial habría establecido con Disney Corp. Sería Disneylandia la primera publicación de esta editorial en usar este formato en Chile, con las mismas características de los norteamericanos, y que luego sería  un estándar en la gran mayoría de las revistas de historietas de las siguientes dos décadas.



El segundo título con el que Zig-Zag buscó marcar presencia en el mercado, en ese entonces dominado mayormente por las ediciones que llegaban desde Mexico, fue Aventuras, cuyo ejemplar número 1 está fechado el 1 de Abril de 1964.  Dentro de Aventuras se publicaron varios tipos de personajes, todas ellas que podemos englobar bajo el concepto de trabajos de aventuras realistas, y según hemos revisado todas adaptaciones de trabajos realizados primero por Disney para la TV o el cine.

Así el número uno de Aventuras está dedicado al personaje Zorro, el dos a Spin y Marty, y así sucesivamente.  Los originales fueron publicados en USA en una muy larga colección de comic-book conocida como “Four Color Comics” que bajo el sello Dell Publishing se editó desde 1942 hasta 1962, con más de 1.000 ejemplares. Una de las características algo confundidoras de esta serie es que el título en portada solo indicaba al personaje, reservándose la numeración, nombre colección y otros detalles para un pie de imprenta en el interior.

  

Es en Four Color donde aparecen todas las aventuras de Spin y Marty, las del Zorro, las de Andy el Montañero, por citar algunas.  En la larga serie se incluyeron infinidad de títulos, y los de Disney fueron solo un subgrupo de ellos. Al conservar este el derecho, pudo comercializarlos al extranjero con lo que pudieron ser incluidos en este nuevo título de Zig-Zag.
Digamos como curiosidad que –al parecer- la numeración y los títulos también confundieron a Zig-Zag dado que el ejemplar dos de Aventuras, y que corresponde al primero de los personajes Spin y Marty aparece identificado como “Spin y Marty” Nro. 1 en el interior, y la portada misma aparece sin el nombre Aventuras (al igual que pasa con el ejemplar primer ejemplar de Zorro), y tiene un Nro. 2 incorporado como si el cambio de opinión hubiese llegado luego de imprimir las revistas.

   

La serie Spin y Marty, que cuenta la historia de dos niños en un campamento en el oeste americano en tiempos contemporáneos, se exhibía en el programa de TV de Disney, al igual que la serie Zorro que desde 1956 a 1959 exhibió capítulos de media hora con la actuación de Guy Williams, quien aparece en las portadas de las revistas.

Otro ejemplo es la adaptación en comic de los tres primeros episodios de la serie "La saga de Andy Burnett" comenzada a emitir en 1957 en el programa televisivo de Walt Disney, en EEUU, en seis  episodios que finalizaron en 1958.  Estos se adaptaron como revista de historietas luego y así llegaron a la revista Aventuras.

      
También incluyó en sus ejemplares otras adaptaciones de trabajos de Disney a la historieta, al parecer todos provenientes de la misma fuente ya citada, tanto series como películas: Robin Hood, El zorro de los pantanos (en los tiempos de la revolución norteamericana), Davy Crockett, etc.


Con el paso de los diversos ejemplares, el personaje Zorro llegó a acaparar tanta popularidad que se “devoró” el título y además agotó la producción norteamericana.  Debió comenzar a realizarse en Chile y con dibujantes y guionistas chilenos.  Según el historiador de los Comics Eric Diaz luego “ser[ía] todo dibujado por autores chilenos como Avelino, Onofre, Mario Igor y Manuel Rojas.” 

  


Al año 1971 Aventuras seguía siendo publicada por Zig-Zag, aun cuando solo con aventuras del Zorro como ya dijimos.  Pero esa parte de la historia la contaremos en otra ocasión.

 

lunes, 2 de diciembre de 2013

Regreso al Edén: una novela post-cataclísmica en Chile

Es “Regreso al Edén” una novela de comienzos de los años 60, parte de la historia de la CF chilena “hundida”, y bastante desparecida en las críticas y reseñas biográficas. El mundo se enfrasca en una guerra mundial destructiva. En la periferia los restantes países colapsan. En pocas páginas se ha desatado todo, y –sin mediar muchas palabras- nos encontramos con los protagonistas que huyen de la ciudad buscando llegar a su fundo. Instalados en una pequeña casa de mineros, en un cerro, desde allí observan como son destruidas su casa patronal y sus propiedades por los que hasta hace pocos días eran los inquilinos.

De los protagonistas, conocemos que son una familia. Los padres y sus tres hijos ya adolecentes (un hombre y dos mujeres). El narrador es el padre (Pablo). Al principio comen de los poco que han cargado consigo, y se señala que intentan obtener alimento de los bosques esfuerzo especialmente destacable en los dos hijos mayores. Descubren que en las planicies “algo” se instalado en el suelo aniquilando la vegetación y animales, y también les afecta a ellos si permanecen mucho tiempo en su contacto.

Finalmente, y luego de un par de meses al parecer, la familia se decide instalar en las ruinas de su propiedad –que esta en un terreno alto- en donde logran restaurar una especie de dignidad completamente perdida. Allí nos enteramos que la pareja no posee “afinidad  intima” achacándola el marido a una represiva educación católica de su esposa. Mientras ella le tilda de “comunista” en sus discusiones (antes y después del cataclismo).

Ya están establecidas, en las primeras 40 paginas los patrones de una clara novela post-cataclísmica, pero con muy transparentes rasgos chilenos.  Los protagonistas son una familia, tema muy querido en el discurso público del país. También ellos en el fundo muestran los rasgos más  notorios de la oligarquía territorial con el tratamiento y  existencia de los inquilinos, especie de servidumbre agrícola que en nuestro país comenzó a desaparecer recién a contar de 1964 con la Reforma Agraria impulsada por el gobierno de Eduardo Frei.

Comienza la adaptación a una vida más cerca de la naturaleza, y Pablo decide escribir todo en un diario.  Se las arreglan para sembrar.  Hacen aparejos y van de pesca.  En eso aparece una persona externa.  Un sobreviviente que anda con su carga en un burro a cuestas.  Antes fue estudiante universitario (medicina, arquitectura) según cuenta, y huyó en auto desde la capital, donde luego de varios eventos y quedarse sin combustible, traslada su carga a un burro.

Este nuevo integrante de la tribu, al parecer más una especie de político joven, Rafael Argensola, bueno para la dialéctica y la charla insulsa, genera atracción y repulsa. Pero se queda. Todos juntos buscan sembrar, y se involucran en las tareas agrícolas.  Se suma la captura de un grupo de cabras que están sueltas en los cerros. 

La relación de los jóvenes se pone algo tensa.  Claramente “la naturaleza llama” como escribe el protagonista, y ello genera una vuelta a necesidades básicas.  Logran hacer andar un vehículo y salen a los pueblos vecinos en búsqueda de bienes.   De dulce y agraz, aun cuando queda claro que no son “los únicos habitante sobre la faz de la Tierra”.

En una segunda salida, el resultado resulta desalentador. Ellos avanzan y logran llegar a un valle sembrado, se ve movimiento, y un hogar habitado.  Sorprendidos ingresan y lo que ven los deja anonadados.  Una mujer algo mayor, casi desnuda, los recibe y lo que les cuenta una historia que, nuevamente, nos lleva a los traumas de una sociedad reprimida.  Los que allí viven son un grupo algo grande de hombres, y solo la tienen a ella para satisfacer sus instintos.  Antes habían “conseguido” una mas joven, pero se murió debido a los malos tratos.  Además hay dos de ellos con inclinaciones homosexuales, pero que no son del gusto de la mayoría.  Les sugiere huyan lo mas rápido que puedan.  Logran reaccionar al ver la tropilla de hombres que viene corriendo del valle y arrancan en el vehículo usando sus armas de fuego.

Seguir narrando la historia solo significaría dejarlos sin sorpresa en una futura lectura. Digamos, por tanto, que al contrario de las novelas post-cataclísmicas norteamericanas de esos mismos años, el autor no desdeña meterse en el terreno sexual, de hecho termina siendo uno de los aspectos más relevantes de la novela.  Casi anticipando a la revolución sexual de la década de los 60’s, Meléndez se lanza al ruedo del tema de la educación represiva, la libertad individual, los derechos del líder, la fuerza de la naturaleza y los instintos.  Por otro lado, si podemos encontrar similitudes con las novelas anglosajonas en la fuerza por sobrevivir, en aprender viejos artes de caza, recolección y siembra, en los esfuerzos gregarios, pero en un entorno que es indistinguiblemente chileno.

Hemos podido encontrar una crítica al libro publicada el año 1963. Es una muestra de lo que debió ser una muestra clara de las opiniones de la época.  Allí se enfatiza que el grupo familiar fue transformándose en un “grupo disoluto y depravado”, en vez de ser, supongo, un ejemplo de virtud para trascender la humanidad.  Claramente una visión sesgada que muestra los mismos prejuicios que Melendez despliega en su obra, buscando interpretaciones que evitan pensar en términos “humanos” y siempre van en alturas religiosas.

Tal vez algo discursiva por instantes, la novela me ha dejado en general un buen sabor y su lectura es recomendada al interesado en la obra de CF en Chile.  Eso si, el nombre de la obra tiende a la confusión dado que parecer ser el de una obra religiosa, y le hubiera venido muy bien un cambio.

Sobre el autor: Destaquemos que el autor fue también pintor y dibujante, habiendo trabajado en ese arte un tiempo.  Por ejemplo a fines de los años 20 en la Editorial Nascimiento (como el trabajo expuesto aquí de Salvador Reyes), y posteriormente en el periódico El Diario Ilustrado.

Luis Meléndez Ortiz (1891 - 1988). Escritor y Pintor. Fue esposo de la poetisa Chela Reyes. En 1926 publicó su primera novela titulada “Torre de marfil”. Luego vendrían otras como: “Las mujeres están lejos” (1938), “El unicornio, la paloma y la serpiente” (1947), “Isabel Talbot” (1955) y “Regreso al Edén” (1960), y un texto de ensayos “¿Dónde, la puerta de escape?” (1965).


La portada de la única edición conocida de este libro
estuvo a cargo de Sergio García Moreno, sobre quien tenemos una entrada ya en BLOG.  El sello fue Zig-Zag, y la fecha de publicación 1960.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Víctor de la Fuente en Chile (III): Nuevos Antecedentes

Ya presentamos en una entrada anterior, parte de la historia que habíamos podido rescatar respecto a las actividades que en tema específico de las historietas, había desarrollado en Chile el dibujante español Victor de la Fuente (1927, 2010).  Luego una segunda entrada dedicada por completo a su trabajo en la dirección de la revista El Peneca. Durante el tiempo transcurrido desde entonces, hemos logrado recabar nuevos antecedentes, que nos permitirán aclarar algo más su trabajo en nuestro país.

Habíamos mencionado que su primer trabajo conocido fue en la revista El Cabrito, durante el primer semestre de 1947, en que había publicado su obra El libro de las Selvas Virgenes, una adaptación de la novela clásica del escritor Inglés Rudyard Kipling.

En otra entrada analizamos parte de la historia de la revista infantil El Cabrito, que bajo la dirección de Henriette Morvan, se enfocara en sumar trabajos realizados especialmente por chilenos, en vez de simplemente usar trabajos ya publicados en el extranjero.


Pues bien al revisar unos ejemplares que no conocíamos de El Cabrito hemos llegado al convencimiento pleno que De La Fuente comenzó mucho antes su trabajo en esta revista, y, por otro lado, que la serie de autoría de De La Fuente Pony Durango, no fue publicada en Chile como se menciona en su biografía.

En el ejemplar número 270 de El Cabrito, del 1 de Enero de 1947, comenzó a publicarse una historieta del oeste titulada “El Forastero”, misma que duró tanto solo 8 números.  En el primer capítulo –y solo en el ese ejemplar- es en donde aparece una firma de su autor: V. Fuente.  Claramente es este un trabajo del oeste, y es probable que al mismo Victor lo confundiera con el muy posterior Pony Durango que se menciona salió en las páginas de El Peneca de 1957.  Yo revisé todos los ejemplares de esa revista de los años 1956 y 1957, sin ninguna seña de Pony Durango. También en forma menos exhaustiva ejemplares de la misma revista hasta su último ejemplar en 1962.  Es probable que esté confundiendo su trabajo como director el año 1957, bajo el tímidamente renovado título de El Intrépido Peneca, con la publicación de la serie.


Ahora, si bien es este un trabajo indudablemente de De La Fuente, tenemos sospechas que hay otros trabajos del mismo dibujante en esta revista.  Es así que revisando una serie continua de ejemplares de El Cabrito encontramos cuatro series consecutivas, dos de ellas del tipo western, comenzando en Octubre de 1946 y terminando en Noviembre de 1947.  Una de ellas ya la conocíamos por estar muy claramente atribuida a Victor de la Fuente.  De las restantes tres, una indica en un sitio que es de Victor, y las otras dos no presentan autoría reconocible.  En general tienen un formato y modelo semejante.
Revisemos 

1) Desde el ejemplar 258 (del 2 de Octubre de 1946) hasta el ejemplar 270 la serie “Las Minas de Diamante” con dos páginas por número.

Las Minas de Diamantes narra las aventuras de un Conde español, empedernido soltero, quién se aventura en un viaje a Centroamérica en donde toma contacto con la princesa Xochitl, y su reino del terror, que mantiene esclavizado a su pueblo.  El Conde descubre que en realidad es el Sumo Sacerdote el responsable de todo este mal, libera a la princesa, se marcha con ella a España y termina casándose con ella.



2) Desde el ejemplar 271 del 1 de Enero de 1947 y hasta el 277 la corta serie El Forastero con dos páginas por número.  En el primer cuadro de la primera página del ejemplar 271 vemos que es de V. FUENTE.

El Forastero es una obra en el oeste, algo ingenua, sobre un joven que llega a un pueblo algo perdido donde toma contacto con una banda que aterroriza a sus habitantes y termina vengando a las víctimas, y saliendo de allí con una chica del brazo.



3) Desde el ejemplar 278 del 19 de Febrero de 1947 y hasta el 285 la serie “Tom, El Valeroso” una especie de western humorístico, también dos páginas por numero en todos excepto el último número 285 con tan solo una página (la última de hecho).

Tom, El Valeroso es un western con nativos indios entre los personajes importantes, y nuevamente nuestro protagonista se marcha en el cuadro final del brazo de la chica, en un final ya algo recurrente.



4) Y desde el ejemplar 285 hasta el húmero 315 del 5 de Noviembre de 1947 la ya conocida y mencionada serie “El Libro de las Selvas Vírgenes”, una página por número.



Pensamos que todas estas series pueden ser de autoría de Victor, primero por la clara continuidad temporal, sinónimo también de un ingreso que -de seguro- estaba necesitando el recién llegado de la Fuente.  En total son 13 meses y un par de semanas de continua labor. Lo segundo porque de estas cuatro, dos están indicadas como trabajos de Victor.

Forastero 


De las restantes dos también tendemos a creer que pueden ser de Victor de la Fuente. “Las Minas de Diamantes”, porque pueden verse claros indicios en ella del uso de ciertos giros idiomáticos que son más propios del uso en España que en Chile (y recordemos que Victor había llegado hace muy poco al país), también por el hecho que el protagonista sea un conde Español en tierras centroamericanas y con parafernalia más bien propia del viejo continente, como por ejemplo puentes levadizos operados con cadenas.  Y finalmente la cuarta historia “Tom, El Valeroso” simplemente por servir de puente y continuidad a la totalidad de los cuatro trabajos.

Exhibimos páginas de estos trabajos para muestra y juicio de los lectores, sin olvidar que todos ellos serían de un muy joven Victor, y por otro lado dejo abierta la discusión en torno a estos trabajos y su supuesto autor.

Finalmente un último antecedente que hemos podido localizar es su participación en un libro, con trabajos de ilustración interior, para la misma editorial de El Cabrito, osea Zig-Zag.  El libro es un trabajo de divulgación científica para jóvenes titulado “El Mundo Maravilloso de Pepe” de F. Ritsert y que fue publicado en 1949.  Este texto tiene portada del chileno Coré, y todas las viñetas e ilustraciones interiores son de la Fuente.  Nuevamente podemos comprobar dos cosas: que a Coré no se le daba bien el tema de trabajos no fantásticos en el sentido tradicional, porque la portada es frustrante, y yo jamás diría que es de él sino es porque la ha firmado.  Y lo segundo que Victor estaba comenzando aún su desarrollo como artista, porque las ilustraciones son bastante simples.