Uno de los deseos escondidos de todo
coleccionista es tener un objeto lo más posible cerca de su estado
original. Esto es así tanto para
motocicletas, monedas, libros o revistas.
Así el “santo grial” de esto
es encontrar “algo antiguo, nuevo”,
o en la jerga un ítem “no circulado”.
Como
paréntesis mencionemos someramente los principales itemes de clasificación de
objetos usados. El mejor corresponde a No Circulado (Uncirculated);
luego le sigue el estado Muy Bueno;
seguido de Bueno, Regular, y finalmente Mediocre (o solo lectura, por ejemplo si es un libro). Esta es una clasificación habitual, y existen
muchas variedades de ella, incluyendo numéricas (por ejemplo de 0 a 10). La que no existe, por cierto, es una que
habitualmente podemos encontrar en Internet: “Buen estado considerando los años”.
Esto porque el estado del ítem no tiene que ver con la antigüedad (por
ejemplo una moneda romana de 2.000 años puede estar en cualquiera es estos
estados).
Pero no nos desviemos. El otro día viendo el
programa de TV de los buscadores de tesoros, esos dos personajes típicamente
norteamericanos y que parecen una versión moderna de Laurel y Hardy, llegan a
una bodega antigua que conservaba repuestos de las motocicletas Harley-Davidson
de los años 20 y 30, en sus envases originales, dado que en su momento no se
vendieron y luego quedaron descontinuados y olvidadas allí. Hoy día son objetos
sumamente valiosos y buscados.
Pensando en las posibilidades de que pase algo
semejante con revistas en Chile he imaginado pocos escenarios. Un coleccionista los compró cuando salieron,
los conservó en sitio apropiado y muchos años después salen a la luz. Unos 40 a
50 años después.
Otra posibilidad es que, en algún lugar
recóndito, y por azares del destino semejante al que pasó con los repuestos de
las motocicletas, quedaran estas revistas almacenadas por muchos años. Decenas
de años para ser precisos, cerca de 40 años. . .
Pues claro, ese “sueño” es posible, aunque
escaso por cierto. Hace unos meses atrás
contacté a alguien que vendía revistas de historietas a precio razonable, y
decía que en buena calidad, desde una ciudad del sur. Pues bien, todo resultó ser cierto. Cerca del 50% de las revistas estaban sin
circular es decir recién salidas de la imprenta, despachadas al sur para su
distribución. Por un tema de costos,
aquellas que no se vendían no se devolvían a Santiago. Quedaron almacenadas
simplemente mientras los años pasaban a su alrededor.
El otro 50% correspondía a revistas que
estuvieron expuestas en kioscos, y que tenían algún deterioro por ello, pero
ninguna por el hecho de haber sido leída.
Osea, eran revistas “antiguas,
pero nuevas”. Todas ellas correspondían
al período 1971 a 1975. Y por supuesto, en
la bodega había habitualmente más de un ejemplar de cada número, y casos en que
las revistas tenían algún volante publicitario en su interior, imposible de
encontrar hoy día de otra forma.
Busqué indagar un poco sobre esta historia, y
de hecho tuve la suerte de encontrar una breve nota de devolución de un kiosco
de un pequeño poblado a este distribuir del sur, y que muestro a continuación,
borrando los nombres. Está fechada en
Noviembre de 1972.
Una vez que este distribuidor regional recibía estas devoluciones, las
ponía en cajas y las dejaba en una bodega.
Todo esto se acumuló con el tiempo, y ello llevo a que hoy día se puedan
disponer de Cabrochico, La Firme, Far West, El Manque, Jungla, etc de ese
tiempo, especialmente del período Quimantú, en excelentes condiciones.
Muchos años después, un familiar cercano se hace cargo de la propiedad, y descubre en
esta bodega este tesoro. Sabiamente
busca venderlos y dada la cantidad de ejemplares de cada revista, da para
muchos coleccionistas felices.
Conversando con libreros especializados, me cuentan de uno o dos otros
casos. Situaciones semejantes. Por ejemplo una bodega de un kiosquero que
guardo por años revistas, incluso cigarros defines de los años 1960. Allí habría estado el número uno del Dr.
Mortis en impecable calidad, me relata.
Es habitual que uno pueda encontrar historias como las relatadas en publicaciones,
sitios web e incluso enciclopedias norteamericanas. Bueno ahora ya tenemos un caso documentado en
nuestro país.
Las tres portadas que se adjuntan estan scaneadas de esos ejemplares sin ningun retoque,
4 comentarios:
Mint, near-mint. Denominaciones que veía en la revista Wizard, especializada en cómics, para las revistas impecables o casi. En alguna ocasión compré revistas Nueva Dimensión que contenían el cupón de suscripción intacto. Pensé en usarlos porque entonces no sabía si la revista había sido descontinuada, pero nunca me atreví. Sí lo hice con el cupón de una Magazine of Fantasy and Science Fiction de los años 1960's porque traía una oferta de números gratuitos. Increíblemente me respondieron con mucha cortesía que la oferta estaba un poco desfasada y que no podían cumplir mis sueños. Ahora me pregunto (porque no lo hice en su momento), ¿quién habrá tenido la paciencia para contestarme debido a que la dirección del cupón hacía mucho que no era la redacción de la revista? Cuando chico tenía este sueño, además de tener la MF&SF en mi casa: vuelvo en una máquina del tiempo (elija su año favorito: 1920's, 1960's, whatever) y compro los ejemplares de las revistas que deseo, los pongo a mi nombre en una bóveda de un banco, bien protegidos de cualquier avatar económico y social, vuelvo a mi tiempo y me hago pasar por mi propio nieto. Los expongo en mi biblioteca en vitrinas presurizadas, ante las miradas atónitas de Hassón y Reyes.
Ja ja. Mi mirada atónita tendrías, sin lugar a dudas. Con la revista Nueva Dimension que mencionas me paso algo semejante, aun cuando yo no llegue a escribirles, si tuve la intención. Esta revista llegó a publicar casi 130 ejemplares, y durante un largo tiempo no se distribuyo para sudamerica. Esto hizo que juntar todos los ejemplares fuera particularmente dificil para mi. Pero lo logré comprando directo a España, a una libreria de Alejo Cuervo (¿que sera de él?).
Muchas gracias por compartir tu historia en este espacio que es de todos.
Saludos,
Moises
Hace unos años me pasó algo semejante, un vendedor de la feria cercana a mi casa todos los domingos tenía a la venta diferentes ejemplares de revistas Novaro mexicanas en excelente estado y que le compraba todas. Hasta que un día me contó que su padre tenía un par de cajas con estas revistas y, lo más destacable, vivía como a 6 cuadras de mi casa. Así, el lunes siguiente partí a la casa e cuestión y, efectivamente en dos cajas de plátanos (esas típicas Dole) estaban unas 1.000 1.500 revistas de todo tipo sesenteras, más de la mitad eran Novaro de los '60. A muy buen precio y casi todas en excelente estado (unas pocas estaban sin tapa). En el lapso de un mes se las compré todas, mi billetera quedó vacía por bastante tiempo, pero quedé feliz por mucho más.
Eduardo:
Gracias por compartirnos tu historia. Supongo que ya no te queda nada duplicado de esa compra :-)
Muchos salusos, Moises
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