sábado, 9 de julio de 2016

Cien Artistas, Cien Portadas (10) Toko, Chavin, Stevenson [Artsybáshev, Wolfe, Edwards]

Para esta decima entrega he decidido seleccionar un conjunto de tres artistas de los que prácticamente nada conozco aún, pero que sin embargo su trabajo se consagró en la obra de un conocido escritor, renombrado  fuera de Chile y con una interesante historia que contar en cada caso. Los tres escritores han brillado, dos son extranjeros, y en su conjunto nos permiten tener una pequeña visión de lo que fue la denominada Edad de Oro del campo editorial en Chile.


TOKO.  Seudónimo de un dibujante que firma la portada el año 1929 para la obra del escritor de origen ruso Miguel Artzybacheff (Mijaíl Petróvich Artsybáshev)  publicada en 1930 bajo el sello “Librería y Editorial America Latina. Hugo Galasso Vicardo”.  Esta editorial se transformaría en un par de años más tarde en Osiris.  Fue parte del conjunto de editoriales que dieron vida a la denominada edad de oro del mundo editorial chileno entre los años 1930 y 1950 (para más información ver texto de B. Subercaseaux “Historia del Libro en Chile”), coincidiendo con la gran depresión y crisis financiera mundial que sumió a gran parte del mundo en una gran crisis humanitaria, y donde Chile sufrió especialmente.  Esto llevo al cierre de intercambio comercial y a una ausencia de divisas. Con ello se pudo dar en paralelo un trabajo editorial de publicación masiva de libros, muchas veces sin pago de derechos de autor, y en ediciones baratas.  Se aumentó drásticamente la cantidad y volumen de las ediciones, y la distribución se hacía en Kioscos y librerías. En este caso la obra tiene varios detalles de interés, por un lado el traductor Rafael Cansinos-Assens, un muy conocido autor español, traductor y poeta, y el prólogo a cargo de otro intelectual extranjero (Max Nordau).



CHAVIN.  Seudónimo de un artista activo en el área de las portadas en mundo editorial de los años 40, especialmente de Ercilla, sin que tengamos más datos sobre él.  Esta editorial fue también parte de la mencionada edad de oro. La obra que hoy estamos mostrando es una rara curiosidad.  Fue una novela escrita y publicada por su autor Bertram D. Wolfe, mucho más conocido por sus obras de biografías y crónicas, así como su actividad política y periodística, como un medio de obtener algo de dinero. Titulada Mundo sin Muerte (Deathless Days) no logró el resultado esperado. Luego de impresa la obra fue retirada y destruida por su editor.  Se señala en un libro sobre la vida de Wolfe que “solo quedaron dos copias” y que fue retirada porque el editor “temió por una demanda del hombre al que había sido dedicada sin su permiso”.  En la presentación de esta edición en Ercilla, también se indica que Wolfe salvó solo dos ejemplares, y que la causa de la destrucción fue que el editor temió por una demanda del gremio de las funerarias… Historia semejante, a la vez distinta y curiosa. Llegó una de esas dos copia a Chile donde fue traducida y publicada, siendo entonces la única edición que hoy puede encontrarse de la obra.


HERBERT STEVENSON. El autor de la portada de este libro Gente de la ciudad (1961), el segundo que publicó el escritor Jorge Edwards, premio Nacional de Literatura (1994) y distinguido también en España con el Premio Cervantes (2000) es alguien que firma como Herbert Stevenson.  No he sido capaz de encontrar nada más sobre él.  Es una dibujo bastante naif que busca de alguna forma reflejar el contenido de la obra, cuentos de Edwards sobre tipos humanos que pueden hallarse en una ciudad. Edwards “ha señalado que se trata de un homenaje que realizó a James Joyce, cuyos cuentos siguen fascinando al autor” hasta el día de hoy. Es mucho lo que puede hallarse sobre este distinguido y laureado escritor, pero nada sobre el autor del dibujo Stevenson.  Solo he podido hallar una referencia a alguien que se llama igual, y fuera profesor de Inglés del escritor Alfonso Calderon en la sureña ciudad de Los Angeles, pero tengo mis serias dudas que sean la misma persona.


martes, 28 de junio de 2016

Una Bodega de Tesoros

Uno de los deseos escondidos de todo coleccionista es tener un objeto lo más posible cerca de su estado original.  Esto es así tanto para motocicletas, monedas, libros o revistas.  Así el “santo grial” de esto es encontrar “algo antiguo, nuevo”, o en la jerga un ítem “no circulado”.  

Como paréntesis mencionemos someramente los principales itemes de clasificación de objetos usados.  El mejor corresponde a No Circulado (Uncirculated); luego le sigue el estado Muy Bueno; seguido de Bueno, Regular, y  finalmente Mediocre (o solo lectura, por ejemplo si es un libro).  Esta es una clasificación habitual, y existen muchas variedades de ella, incluyendo numéricas (por ejemplo de 0 a 10).  La que no existe, por cierto, es una que habitualmente podemos encontrar en Internet: “Buen estado considerando los años”.  Esto porque el estado del ítem no tiene que ver con la antigüedad (por ejemplo una moneda romana de 2.000 años puede estar en cualquiera es estos estados).


Pero no nos desviemos. El otro día viendo el programa de TV de los buscadores de tesoros, esos dos personajes típicamente norteamericanos y que parecen una versión moderna de Laurel y Hardy, llegan a una bodega antigua que conservaba repuestos de las motocicletas Harley-Davidson de los años 20 y 30, en sus envases originales, dado que en su momento no se vendieron y luego quedaron descontinuados y olvidadas allí. Hoy día son objetos sumamente valiosos y buscados.

Pensando en las posibilidades de que pase algo semejante con revistas en Chile he imaginado pocos escenarios.  Un coleccionista los compró cuando salieron, los conservó en sitio apropiado y muchos años después salen a la luz. Unos 40 a 50 años después.

Otra posibilidad es que, en algún lugar recóndito, y por azares del destino semejante al que pasó con los repuestos de las motocicletas, quedaran estas revistas almacenadas por muchos años. Decenas de años para ser precisos, cerca de 40 años. . .

Pues claro, ese “sueño” es posible, aunque escaso por cierto.  Hace unos meses atrás contacté a alguien que vendía revistas de historietas a precio razonable, y decía que en buena calidad, desde una ciudad del sur.  Pues bien, todo resultó ser cierto.  Cerca del 50% de las revistas estaban sin circular es decir recién salidas de la imprenta, despachadas al sur para su distribución.  Por un tema de costos, aquellas que no se vendían no se devolvían a Santiago. Quedaron almacenadas simplemente mientras los años pasaban a su alrededor.


El otro 50% correspondía a revistas que estuvieron expuestas en kioscos, y que tenían algún deterioro por ello, pero ninguna por el hecho de haber sido leída.  Osea, eran revistas “antiguas, pero nuevas”.  Todas ellas correspondían al período 1971 a 1975.  Y por supuesto, en la bodega había habitualmente más de un ejemplar de cada número, y casos en que las revistas tenían algún volante  publicitario en su interior, imposible de encontrar hoy día de otra forma.

Busqué indagar un poco sobre esta historia, y de hecho tuve la suerte de encontrar una breve nota de devolución de un kiosco de un pequeño poblado a este distribuir del sur, y que muestro a continuación, borrando los nombres.  Está fechada en Noviembre de 1972.



Una vez que este distribuidor regional recibía estas devoluciones, las ponía en cajas y las dejaba en una bodega.  Todo esto se acumuló con el tiempo, y ello llevo a que hoy día se puedan disponer de Cabrochico, La Firme, Far West, El Manque, Jungla, etc de ese tiempo, especialmente del período Quimantú, en excelentes condiciones. 

Muchos años después, un familiar cercano  se hace cargo de la propiedad, y descubre en esta bodega este tesoro.  Sabiamente busca venderlos y dada la cantidad de ejemplares de cada revista, da para muchos coleccionistas felices.

Conversando con libreros especializados, me cuentan de uno o dos otros casos. Situaciones semejantes. Por ejemplo una bodega de un kiosquero que guardo por años revistas, incluso cigarros defines de los años 1960.  Allí habría estado el número uno del Dr. Mortis en impecable calidad, me relata.


Es habitual que uno pueda encontrar historias como las relatadas en publicaciones, sitios web e incluso enciclopedias norteamericanas.  Bueno ahora ya tenemos un caso documentado en nuestro país.

Las tres portadas que se adjuntan estan scaneadas de esos ejemplares sin ningun retoque,

    


sábado, 4 de junio de 2016

PARA TODOS. Cuantas Revistas hay en un nombre

Un fenómeno reiterado dentro del mundo de las revistas, al menos en el mercado chileno, es la repetición de títulos en el tiempo.  Los motivos son variados, pero usualmente tienen que ver con dos razones.  Uno es el aprovechamiento de un registro legal que la empresa ya posee y que les permite de este modo no tener que registrar un segundo al sacar la nueva publicación años después de la primera.  Y el segundo es el uso del eventual éxito comercial que pudo tener anteriormente un título, y que de alguna forma permee a esta nueva publicación en la mente de los lectores.

Veamos hoy día el ejemplo del título PARA TODOS.  Según nuestros registros este título fue utilizado en cuatro ocasiones distintas por la editorial Zig –Zag.

La primera ocasión fue en el año 1927.  Comenzó como una publicación con novedades y noticias varias de todo el mundo, muy ilustrada y con variadas fotografías.  La participación más destacada en esta época fue con las portadas con dibujos de Julio Arévalo, que aprovecharon de plasmar un estilo muy moderno y elegante, y bastante distintivo.  Son hoy día parte del grupo de las más recordadas dentro del limitado ámbito de los estudios gráficos chilenos. Posteriormente la revista redujo su tamaño, y logró publicarse hasta el año 1931.
<<En la Biblioteca Nacional se listan desde el ejemplar 1 (4-oct-1927)  hasta el 103  (15-oct-1931)>>

   

   


Pocos años después, en 1934, renace como una revista dedicada casi exclusivamente a las populares expresiones de masas en ese entonces, osea el cine, la radio, y con la inclusión de variado material de lectura (cuentos y novelas cortas).  De tamaño estándar de revista, con fotografías de artistas como portada, publica varias notas con trabajos hoy clásicos dedicados al jazz por parte de Pablo Garrido, incluyendo su reconocido ‘Recuento Integral del Jazz en Chile’, y con una fuerte orientación al cine.  Se alcanzó a publicar casi exactamente un año.
<<En la Biblioteca Nacional se listan desde el ejemplar  1 (26-nov-1934)  hasta el 50 (4-nov-1935)>>

   



Al no cumplir con las expectativas de venta, la editorial decidió fusionarla con otra publicación.  Así unió la revista PACIFICO con el título en análisis, y le dio un nuevo enfoque (con Coke ilustrando la portada por ejemplo) y solo duró dos meses más. Ocho ejemplares se habrían publicado de la revista PACIFICO PARA TODOS.
<<En la Biblioteca Nacional se listan desde el ejemplar fechado el 11-nov-1934  hasta  el de 30-dic-1935>>



Finalmente el año 1950 nuevamente Zig-Zag se atreve con PARA TODOS.  Esta vez es con el objetivo de entregar material de divulgación técnica y científica.  Para ello, y asumiendo un formato académico de numeración, presentó  los ejemplares agrupados en volúmenes.  En total publicó dos años, hasta 1952.



<<En la Biblioteca Nacional se listan desde el ejemplar  Vol. 1 No. 1  (Oct-1950)  hasta el  Vol. 3 No. 19 (1952)>>

sábado, 21 de mayo de 2016

1913 Dibujante Eguren Larrea y Revista Austral

Rebuscando en la historia de las revistas, hay ocasiones en que pueden encontrarse sorpresas, como es el caso de este feliz hallazgo que permite hechar más luz sobre un casi desconocido dibujante peruano que durante un tiempo ejerció en Chile. 

El año 1913 se comienza a publicarse en el sur de Chile, específicamente en Valdivia y Temuco, una revista que toma el titulo de Austral.  Es de estilo magazinesco, de hecho señala ser “Semanario Ilustrado de actualidades”, con fuerte orientación local, y con elementos gráficos que incluyeron algunas caricaturas y fotos.  En ese tiempo la variedad de publicaciones y la distribución geográfica de muchas de ellas darían envidia hoy.

Portada número 7 de Eguren Larrea

Lo que primero llama la atención en Austral es el impulso que dio al uso de caricaturas en portadas, lo cual es de reconocer, era parte de una tendencia entonces.  En total publicó 18 números con periodicidad semanal.

Buscando identificar los autores de las mismas, dos nombres resaltan: Marius y Dario Eguren Larrea.  Marius es un seudónimo de Luis Fernando Rojas, autor reconocido al que en el futuro dedicaremos alguna otra entrada además de la que meses atrás ya expusimos. El otro es el artista de nacionalidad peruana Darío Eguren Larrea.

Anteriormente era muy poco lo que sabíamos de Eguren Larrea.  Lo señala Coke como un dibujante peruano que se hacía pasar por español y así evitarse malos ratos, y que estuvo un tiempo laborando en Chile. También se puede encontrar en diversos sitios que nació el año 1892 (aún cuando algunos indican 1882 o 1887) y que falleció en 1942.  En Perú colaboró con varios periódicos y revistas, en ilustración y con crónicas, y publicó tres libros entre 1921, 1929 y 1930; además de participar en varias exhibiciones de sus pinturas. Fue definitivamente un artista multifácético, que buscó ampliar sus horizontes viviendo un tiempo en Buenos Aires y otro en Santiago.

En Chile trabajó en la revista Zig-Zag y en el periódico La Mañana, aproximadamente entre 1910 y 1915.
  
Otras dos portadas debidas a la pluma del artista peruano


Ahora podemos agregar nueva información que aparece en el ejemplar número 5 de la revista Austral, en una nota a la que se acompaña un retrato suyo.  

Dice allí:
Ha sido colaborar asiduo de Zig-Zag, imprimiendo novedad y chic a esta publicación. En Corre-Vuela su lápiz ha hecho célebre la sección ‘Semana en Solfa’, distinguiéndose siempre por su ingenio peregrino y retozón.  Esto cuanto a artista; cuanto a hombre vale tanto o más que el celebrado pinta-monos. Elegante y pulcro en el vestir y cuidadoso de su persona, cultiva el físico a la par del espíritu.  Es alegre y bullicioso; ama la sandunga, el picadillo ingenioso y los ojos negros…

Recién regresa de un paseo por el Perú, y con mucho gris en el alma vino a nuestras montañas a poner sosiego a sus nervios y oxígeno a sus pulmones.   Los copihues rojos le harán talvez añorar una boca en llamas con besos primaverales. . .  Austral saluda efusivamente al camarada de las horas alegres y le ofrece una copa espumante de zumo de manzana…”

La demostración más palpable del encanto que debía transmitir Eguren lo podemos hallar en el hecho de haber sido uno de los invitados al evento mayor de la sociedad el año 1912 en Santiago, el Baile de Fantasía en el Palacio Concha-Cazotte, celebrado la noche del 15 de octubre de ese año. Según nos narra un libro editado al respecto por el Museo Histórico Nacional del año 2013, Egurren concurrió allí disfrazado de caballero español.  Luego del evento publicó numerosas viñetas e ilustraciones tanto en el periódico La Mañana como en la revista Zig Zag, algunas de las cuales son reproducidas en ese libro.

 
Eguren Larrea     y     Marius

Artista que firma como JLS


En la revista Austral, Eguren Larrea se turno por al menos 10 semanas en la ilustración de portada con Rojas (Marius), siempre con personajes locales.

domingo, 8 de mayo de 2016

Cuando Moustache era Julio Bozo (1901)

Hace unos meses atrás dedicamos una entrada en este Blog a contar algo sobre una revista que se publicó en el inicio mismo del siglo XX en Chile titulada La Lira de El Chileno.  Allí dijimos que con ese nombre solo publicó tres ejemplares, y que a contar del cuarto ejemplar cambió su nombre a El Chileno Ilustrado.

Pues bien, una de las cosas que nos llamó la atención en los ejemplares revisados fueron unos trabajos de ilustración, caricaturas  y proto-comics que allí encontramos, algunos de los cuales estaban firmados por JB.  Al poco tiempo averiguamos que JB correspondía al nombre de Julio Bozo, quién luego sería un dibujante muy popular a contar de su trabajo en la revista Zig-Zag desde el año 1905 usando el seudónimo de Moustache.

>> Portada del número 3 de  La Lira de El Chileno firmada por Julio Bozo <<

No teníamos mucho más información sino hasta que hace unos días el investigador Mauricio García nos enviará un resumen de su vida, en donde destaca el hecho de que Julio Bozo era abogado titulado, y diera algunos datos sobre su vida que resultan de mucho interés al integrarlos con sus trabajos en La Lira de El Chileno.

Sus estudios de Derecho los termina el 4 de noviembre de 1895 cuando es declarado Bachiller en Filosofía y Humanidades, y que luego completara  su esfuerzo para titularse con la publicación de su memoria el año 1901, con lo cual queda listo para jurar como abogado cosa que hace el 9 de enero de 1902 ante la Corte Suprema.

>> Retrato de 1909 de Julio Bozo<<

Pues fue justamente cuando concluyó sus estudios que se embarcó en la caricatura.  Menciona García que comenzó como dibujante en la revista Instantáneas, el año 1900 gracias al escritor Joaquín Díaz Garcés, con quién luego compartiría en la revista Zig-Zag.
Ahora sabemos que también trabajó en esta Lira de El Chileno donde publicó algunos cuadros humorísticos e incluso esta pequeña historieta “El Bastón Maravilloso. Cuento químico de propaganda salitrera.” En donde narra las desventuras de un buscador que descubre una fabulosa mina en el norte.


También tiene unos trabajos de caricaturas como posteriormente se le verían en Zig-Zag, como esta titulada “Galantería sin Igual” dedicada a una historia en un abarrotado tranvía santiaguino.  Otra de las razones por las que Moustache es recordado es por su aporte a la incipiente creación publicitaria local. Isidoro Basis lo llega a calificar como uno de los grandes pioneros.  Dice  de él: “[uno de los] dibujantes chilenos muy creativos como Moustache, autor de un mensaje de apoyo al uso de buenos letreros exteriores para captar clientela […] fue muy cotizado, gracias a numerosas campañas de publicidad de su autoría” (200 Años de la Publicidad en Chile).




El retrato que adjuntamos de Moustache fue publicado en un número especial de aniversario de la revista  Zig-Zag, celebrando su cuarto aniversario en el año 1909, junto al resto de los dibujantes ya populares gracias a la publicación de la revista.



>> Caricatura Publicada en revista Zig-Zag <<

sábado, 2 de abril de 2016

Primer Semestre de El Peneca (1908)

Es muy conocida la relación que el ilustrador Coré tuvo muchos años con la revista El Peneca, hasta casi transformarse en un sinónimo como el ilustrador de la revista. Sin embargo fue El Peneca una revista con una vida tan extensa, casi sesenta años, y atravesó tantas etapas que resulta algo injusto destacar tanto a Coré y olvidarnos de tantos otros artistas que la marcaron y, en el caso de este período en particular, la formaron.

Los primeros 26 ejemplares  muestran un gran compromiso con la imagen, en la forma de fotografías de escolares, clases de dibujos, de labores de mano, algunas historietas mudas –la gran mayoría de ellas de claro origen importado-, sección de correo, historias y cuentas en forma de folletín, y algunos concursos.

En cuanto a las portadas, destacan desde el ejemplar uno aquellas firmadas por Pepin. Respecto a quién es el dibujante que se refugia bajo ese seudónimo, no hay aún claridad.  Consulté con otros historiadores y no hay una opinión clara.  Hay quien opina que Pepin puede ser un seudónimo de José Foradori, muy activo en la época.  A favor de esta teoría está el hecho de que es usual que a los que se llaman José les apodan Pepe; y que algunas de las portadas tienen un aire semejante a otras que pueden hallarse en revistas con trabajos de Foradori como La Ilustración a la que ya dedicamos una entrada anteriormente en este Blog.


  

Además de aquellas firmadas por Pepín, hay una firmada por Chao (quién además tiene una acaricatura a página completa en varios numeros de los primeros ejemplares), otra formada por el mismo Foradori con su nombre, y varias con fotografías de niños o imágenes de uso extendido por ejemplo para los números especiales de Semana Santa y el Combate Naval de Iquique.
  


Adjuntamos en esta entrada además de algunas portadas destacadas de los primeros 26 números, incluimos aquí una nota aparecido en unos de los primeros ejemplares, mostrando allí el éxito que la publicación tenía ya en ese muy temprano.

        
  

jueves, 4 de febrero de 2016

Barrios, Di Girolamo, Poblete: Cien Artistas, Cien Portadas (9)

En esta la ya novena entrega de esta serie, superando la cifra de 25 artistas o lo que es igual, un cuarto de nuestra meta, y que estamos dedicando a la difusión de los trabajos de artistas nacionales a través de las cubiertas de libros publicados en el siglo XX, continuaremos explorando el trabajo de reconocidos artistas plásticos chilenos.

Gracia Barrios Rivadeneira artista del pincel y ganadora del Premio Nacional de Artes Plásticas de Chile en 2011. Es hija del escritor Eduardo Barrios, quien obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1946, y de la concertista de piano Carmen Rivadeneira. Barrios se mostró interesada por el arte desde una temprana edad, luego de sus estudios secundarios, ingresó como alumna regular a la Universidad de Chile, donde estudió entre 1944 y 1949. Allí tuvo como profesores a Augusto EguiluzCarlos Pedraza y Pablo Burchard. Además de su trabajo como pintora, desarrolló una activa carrera en la docencia de su especialidad especialmente en la Universidad de Chile. Luego de golpe de estado de 1973 emigró a Francia con su familia, volviendo años después. Retomó también la docencia, la que dejó luego porque vio que el arte se había convertido en una labor elitista "..[antes] había artistas de todos los espectros sociales. Desde hace un tiempo que la creación va de la mano con poder económico, con tener un buen apellido, con moverse en ciertas esferas".

El año 2011 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas de Chile. Según palabras del jurado que la premió, "la obra de la galardonada se distingue por su incesante búsqueda de la condición humana y, sobre todo, por la relación del ser humano con sus contextos existenciales e históricos".

El trabajo que mostramos aquí corresponde a una cubierta para una edición en tapas duras del libro de su padre Eduardo Barrios, "Los Hombres del Hombre" (1950, Nascimento-Círculo Literario) y en donde destacan todas las cualidades artísticas que se señalan sobre su estilo, que en esos años ella llamaba "realismo informal". Con este estilo, la pintora hace alusión al hombre "mediante la monumentalidad de los torsos, cabezas y maternidades, expresando también la aproximación directa con el continente americano y su gente".

CLAUDIO DI GIROLAMO. Ya hemos mostrado el trabajo de otro de los hermanos Di Girolamo en una entrada anterior.  Ahora veremos el trabajo de  Claudio di Girolamo Carlini nacido en Italia e emigrado a Chile con toda su familia.  Su gran capacidad artística la ha volcado en trabajos de talla mayor, como múltiples murales la mayoría de ellos religiosos, y en sus escenografías (arte que estudiara en Italia).

Ha realizado un gran número de películas y ha sido muy activo en el teatro, especialmente sus muchos años en el ICTUS.  Entre otras de sus múltiples actividades, se ha desempeñado como arquitectopublicista, profesor, y conductor de los programa de televisión La Manivela y Bellavista 0990.  El gobierno chileno le concedió la nacionalidad por gracia en 1997. Junto con sus trabajos anteriores, conocemos de él una serie de portadas para libros a fines de la década de los 60, con un distintivo estilo. Su trabajo demuestra su gran manejo del color, una inclinación por la síntesis formal y una manera escultórica en el tratamiento de las figuras, recurriendo muchas veces a soluciones propias de la abstracción cubista.

El trabajo que exhibimos corresponde a la portada para una de las novelas del entonces prolífico escritor chileno Enrique Lafourcade, "La Fiesta del rey Acab" (1969, Zig Zag) en donde hace gala de su mejor arte para -con austeridad de medios- mostrar gráficamente el contenido del texto.

GUSTAVO POBLETE. Artista chileno, parte importante del llamado Grupo Rectángulo formado en los años cincuenta.  Sobre su estilo, un portal de arte dice: "En los primeros momentos su pintura fue representación y reflejo de las enseñanzas del maestro Pablo Burchard, pero un bodegón de 1949 marcó la diferencia. Desde entonces comenzó una serie en que más que la cercanía al modelo, le interesaron los objetos como formas, como elementos con un valor plástico puro y sus ordenaciones en el plano del cuadro. Desde entonces, la construcción sobre abstracción geométrica y el arte cinético pasaron a ser los protagonistas de la obra del artista."

Todo lo anterior queda patente en la portada que incluimos aquí del año 1959 ilustrando la obra "Contrabandista en el Sueño" cuentos del escritor Luis Droguett Alfaro publicados en el sello de la Editorial del Pacífico.

viernes, 8 de enero de 2016

Revistas, Lira(s) y Chilenos

La Lira es un instrumento de cuerdas, que ya en la antigua Grecia se asociaba a la poesía al usarlo para la recitación conjunta de rimas poéticas.  Por lo tanto ha sido usada también de forma metafórica para referirse a la poesía en general.  Es en ese contexto que ha llegado a formar parte del nombre de una serie de revistas literarias en Chile.

Conocemos una de comienzos del siglo XX que, al reconstruir su historia, nos ha llevado a la creación de esta entrada.  Todo comenzó con el periódico EL CHILENO, nacido el 16 de diciembre de 1883 y que -formando parte de la estructura publicitaria de la jerarquía católica- no tuvo mucha relevancia sino hasta que en 1892 la autoridad eclesiástica lo vendió a un grupo de jóvenes. Ellos lo transformaron en un medio sumamente popular llegando muchos a llamarle -algo despectivamente- como "el diario de las cocineras".

   

Pues bien, el año 1901 probablemente el mes de Agosto,  lanzan una nueva publicación planteada esta vez como una revista  que en su programa "[no busca] reformar al mundo, ni hallar la cuadratura del círculo, ni hacer ricos ni poderosos a nuestros lectores[...] Únicamente informar, agradar y si nos es posible instruir".  Dado que incluía ilustración, además de material literario y algunas noticias, le pusieron por nombre La Lira de El Chileno.

Pero recordemos que ya desde 1898 se publicaba otra revista bajo este título La Lira Chilena. El gran alcance de nombre hizo que, luego de publicar el número tres, cambiara su nombre a El Chileno Ilustrado continuando con el número 4. En total solo publicó cuatro números entre ambos títulos.


Sin embargo los alcances de nombre no habían terminado porque la novedosa Imprenta Barcelona lanza en Mayo de 1902 su publicación mensual Chile Ilustrado, sin ninguna relación con las anteriores, pero con una gran calidad de papel e impresión que la distingue hasta el día de hoy. Sacó un total de 40 ejemplares hasta diciembre de 1905.

 

Y así cuando ya creíamos tener la saga completa, vemos que el 9 de Abril de 1911 se lanza otra publicación que repite el nombre de El Chileno Ilustrado, según vemos en la Biblioteca Nacional.  Edita 24 números hasta el 17 de septiembre del mismo año.



RESUMEN

                La Lira Chilena                1898-1911
                La Lira de El Chileno       1901
                     El Chileno Ilustrado   1901  (continuación del anterior)
                Chile Ilustrado                 1902-1905
                El Chileno Ilustrado        1911